Bienvenidos

No soy el músculo, que segundo a segundo, mueve una barra pesadisima para dar un golpe mas violento. No soy el bailarín que con movimientos sutiles, seduce a las muchachas en alguna pista de baile. No soy un mesias, no soy un empresario acorbatado, ni un dictador asesino. Tampoco sé si soy. Solo sé que escribo.

Este soy yo

Mi foto
Capital Federal, Buenos Aires, Argentina
De buen porte y correcto. ¡Cuando no digo nada, digo mucho, y cuando digo mucho... digo mucho.

14 abr 2006

Camino

Camino por las tierras de mi pueblo. Lejos está tu alma, tu fiel ternura de terciopelo, tu piel, tus senos, cada parte del cuerpo que deseo besar. Despacio, tranquilamente. Un cigarrillo se enciende, lento, muy lento, su llama prendé de a poco. La nicotina calma mis deseos, los engaña, y su tranquilidad me vuelve pensativo. ¿Dónde estarás belleza? ¿Quién besará tú clítoris ésta noche? Yo camino, todavía no sé donde me dirijo, pero seguro qué es lejos de tu piel. Lo necesito. Ciento ésta dulce condena, un lamentar por mis pesares del ayer. Muchos sueños vi caer, muchos proyectos, y mi paz sentada en el sillón de los domingos (de fútbol). Mi intención no era lastimar, solo amar, como hoy te amo a ti. Pero ahora prefiero escapar, salir de la penumbra de tus ojos. Que tan ciegos me dejan. Como un murciélago sin rumbo, trato de guiarme por mis sentidos, pero la tarea es constante y el choque es inminente. Se muy bien que estoy perdido, pero yo camino. Y no me voy a detener, porque tus piernas abiertas me gustan demasiado. Y si intento descansar, apretaré los labios con fuerza, tanta como una inmigración de aves que vienen del Este, con mucha fuerza tomaré los muslos de mis piernas y los oprimiré hasta que sangren, El miembro se elevará, se mantendrá duro. Como las noches más excitantes que tuvimos. Matándonos, sacando las bestias más brutales y escondidas de nuestro ser. Sintiendo cómo en cada movimiento las almas chocan Y se excitan. Me tengo que prender otro cigarrillo. Tus senos tan pequeños que siempre tratas de ocultar. Bajo esa remera de rock qué tan bien te queda. Tus piernas flacas, Y tu clítoris infante que lentamente me permite entrar en tu vida. Sólo a una parte. Solo una. Y con eso, mi cuerpo queda satisfecho. Vació, pero apacible. Luego me besas, eso lo recuerdo muy bien. Primero posas tus labios sobre los míos, después sobre mi cuello. Y todo vuelve a comenzar. Hermoso. Ya no puedo caminar más. Me alcanzaras. Y me detendrás en la celda de tu persona. Viviré contigo. A todos lados te llevaré. Porque eres mi recuerdo, mi camino.

No hay comentarios.: