Bienvenidos

No soy el músculo, que segundo a segundo, mueve una barra pesadisima para dar un golpe mas violento. No soy el bailarín que con movimientos sutiles, seduce a las muchachas en alguna pista de baile. No soy un mesias, no soy un empresario acorbatado, ni un dictador asesino. Tampoco sé si soy. Solo sé que escribo.

Este soy yo

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Capital Federal, Buenos Aires, Argentina
De buen porte y correcto. ¡Cuando no digo nada, digo mucho, y cuando digo mucho... digo mucho.

24 ago 2008

El hombre mesa (continuará)

El conocimiento es muy especial. Conocer una cosa es simple, basta tener en cuenta la sustancia de lo que queremos conocer, o sea, una mesa esta hecha de madera principalmente. Una mesa es árbol: roble, algarrobo, pino etc. Después hay mesas que tienen algunos detalles decorativos de bronce, oro, plata, chapa, a veces hay tornillos o engrampes, hay mesas con cajoneras y cerraduras (casi escritorios), redondas, cuadradas, rectangulares, ratonas y posmodernas (que usualmente ni siquiera son de madera, sino que de acostumbran ser de hierro y/o vidrio). En fin, la composición de un objeto es simple de analizar, de conocer, porque consta de partes relativamente estables, o mejor dicho, hay un margen estable y social en lo que entendemos por ejemplo como mesa. No quedaría nada bien una mesa del tamaño de un elefante. Se podría entender como mesa, tan solo, por la forma que toma socialmente. Pero no sería una mesa en sí. Se entendería de mejor manera, si el ámbito en el que se presenta, es un ámbito artístico. Pero no sería una mesa muy cómoda para almorzar los fideos recalentados o el guiso de la noche.

Las personas son muchas más difíciles, principalmente, porque detrás de lo palpable, detrás de lo físico, se encuentra el mundo platónico. Para ser más precisos y confusos (que es lo que verdaderamente “es”), siguiendo el ejemplo del principio podemos decir que las personas son como una mesa pero con millones de sillas en su interior, no al costado, sino que dentro. O sea, dejando en claro lo que entendemos como silla socialmente y comprendiendo que todas las mesas (En éste caso entendidas como personas) tienen sillas dentro de su ser. Alcanzar el conocimiento exacto de una silla es insospechado. Una forma simple de entender a lo que me refiero es la siguiente. Imaginemos un container cerrado herméticamente, el único conocimiento que tenemos de él es que dentro hay cincuenta sillas. Nada más. Ahora, si intentamos descubrir las características de las sillas: su textura, los instrumentos utilizados para su construcción, la época en la que fue construido, el lugar y todo lo que nos imaginemos acerca de algo que no vemos. Sería imposible, nadie podría descubrirlo, hasta el que puso las sillas en el container se vería en aprietos. Nadie identificaría perfectamente en su totalidad las características de las sillas encontradas dentro del container. En resumen, pasa lo mismo que con la variedad de mesas especificadas pero está vez hablando de sillas, solo que ahora hablamos de personas y no de cosas, ahora hablamos de un ser vivo, móvil y de una época determinada. Un ser que engaña, miente, falsifica, traiciona, que es egoísta, materialista, egocéntrico, en fin, un ser humano.

Obviamente, lo anteriormente redactado, es una afirmación consecuente de lo que somos las personas. Ha sido forzada en demasía y construida irónicamente para comprender con mayor exactitud a lo que me refiero. Las personas no somos, sino que fuimos y seremos; condicionados por el tiempo y el espacio. Con las mesas, o con las sillas, persiste un mercado que conlleva a una comercialización específica. Hace muchos años, las personas también eran entendidas como cosas (por desgracia hasta el día de hoy persiste esta idea en muchas mentes detestables) comprendidas como esclavos por su color de piel o por su espiritualidad. Hoy ese entendimiento, ha mutado y ha perdido esa fuerza latente de “cosa en sí”, por decirlo de alguna manera, ese entendimiento se ha globalizado. Siendo entendida socialmente e impactando sobre la individualidad toda. Alcanzando generalidades falsas, imponiendo leyes que parten del egoísmo y de la avaricia de algunos pocos, dando campanadas incesantes cada domingo a espera de algo que no llegará pero que se construye por sobre las personas.

Al referirme a las movilidad en el tiempo y el espacio. Me refiero a muchas modificaciones consecuentes a tiempos de rejuvenecimiento romántico y mental. Púes el monopolio mundial es mucho más punzante. La miseria se expande junto a los rascacielos. Los medios de comunicación desinforman. La cuantificación materialista maneja la calidad humana. Y todo es comprendido por una sola palabra, democracia.