Bienvenidos

No soy el músculo, que segundo a segundo, mueve una barra pesadisima para dar un golpe mas violento. No soy el bailarín que con movimientos sutiles, seduce a las muchachas en alguna pista de baile. No soy un mesias, no soy un empresario acorbatado, ni un dictador asesino. Tampoco sé si soy. Solo sé que escribo.

Este soy yo

Mi foto
Capital Federal, Buenos Aires, Argentina
De buen porte y correcto. ¡Cuando no digo nada, digo mucho, y cuando digo mucho... digo mucho.

24 nov 2008

Hermoso y Maldito Calor

El aire me va presionando,
una gota de sudor se derrite,
cae sobre él, la va tomando
y un desvanecido rugir emite.
.
Un viento fresco, tenue y destemplado,
sacude mi cabello desolado,
no persigo la brisa,
no me detengo, no me estanco,
pues sola se enaltece de caricias.
.
OH! Tiempo de parrilla…
tú ritmo pesa como las maravillas.
OH! Tiempo de palmeras…
has asesinado la primavera.
.
Pero cuando los copos caigan
y la lluvia sea infinita.
Anhelaré tú savia
y palpitaré tú cosquilla.

23 nov 2008

La Espera

Si alguna vez te preguntaron ¿Que esperas de mí? Quiere decir que esa persona está o estuvo equivocada. Ya que nadie puede esperar algo de otra persona, pues “la espera”, como deseo latente en el tiempo, solo causa resignación. Ambas están muy pegadas una a la otra. Puedo verlas, como si fueran hermanas políticas, pues no llevan la misma sangre pero entre ellas se conducen. Mientras una gira la cuerda, la otra salta y canta debajo. Ello con respecto a las palabras en sí. Si hablamos de la equivocación de la persona que lo emite, otro es el punto. Podríamos decir que “Esperar algo”, sea lo que sea, implica una construcción previamente formulada, construida, elaborada, analizada. Y como sabemos el deseo puede ubicarse en cualquier ámbito pero detengamos en esa construcción previa, en eso que podríamos dar en llamar “la cosa en sí” o “lo que se espera”. Esa construcción en vísperas de un futuro incierto puede ser abarcativa o especifica.

Ósea, la espera puede ubicarse en diferentes direcciones. Para dar un ejemplo, se puede esperar X de A, también Z de B y así sucesivamente. Digamos que la resignación a la que hice mención en un principio, también genera (en grandes términos) una característica complaciente. Ya que, si esperamos Z y X. Pero solo tenemos X, la ausencia de Z (y al mismo tiempo la presencia de X). Elabora parte de la resignación por la no-presencia de Z y se encuentra solventada por la afirmación de X. En simples palabras, lo abarcativo en lo que respecta a la espera se estaciona en la resignación pero se ve apagada por completarse parte de tal acción. Solo depende de la importancia que le demos a cada una de esas direcciones (X o Z). Quizás un ejemplo práctico pueda ayudarnos a comprenderlo mejor: una pareja está por cumplir sus veinticinco años de casados, lo que se conoce como “Boda de plata”, y ante tal acontecimiento ambas personas se preguntan ¿Cuál es el mejor regalo que podría hacer para semejante suceso? En tal formulación, se abre un abanico de posibilidades en los objetos a regalar. Y entra en juego la sorpresa, culturalmente aceptada y tomada como necesaria (muchas veces), aquí la expectativa abre otro abanico de posibilidades. En fin, uno decide regalarle un anillo de plata al otro. Pero éste otro, esperaba compartir una linda y calida velada a la luz de la luna. Y es aquí donde entra en juego el conocimiento previo con la otra persona. Por lo cual, la valoración del regalo recibido será inmensa, aunque se estuviese esperando otra cosa. Diferente es el caso si dos personas no se conocen completamente (característica discutible si se quiere).

Digamos que si se espera algo, fuertemente, y después no se obtiene. Es ahí donde la resignación adopta el papel principal. Mismo, es lo que he dado en llamar la espera específica. Donde todo lo que se espera es eso y solamente eso. Donde no se complace con X porque se esperaba Z. Donde ningún anillo de plata suplanta a una cena a la luz de la luna. Allí, la resignación se ensancha. Esto mismo le pasa a muchos militantes, a aquellos que esperan el príncipe azul (que es azul porque está muerto), a muchos planificadores, a los votantes, a todos.

Pero esto no es algo de nuestros tiempos, es con lo tenemos que lidiar en el día a día y es algo previamente formulado que algunos prefieren tomar como natural, como cierto, convirtiéndose en la soga de salvataje ultimo. La religión Apostólica Romana, espera que el Mesías baje del monte con las palabras precisas, los revolucionarios esperan que la anhelada revolución se realice (Similar al Mesías), los medios de comunicación exhortan juegos, concursos, novelas, historias y votaciones, y por ultimo, el Estado formula leyes aparentemente generales, en vísperas que se respeten y que se realicen a raja tabla. Es por ello que no hay que ahogarse en Esperas, no hay que dejar que nos hagan sentar leyendo un hermoso libro de cuentos que anuncia un Apocalipsis, que se basa en sufrimientos, en pecados, y en un señor a imagen y semejanza que todo lo puede, que no es nosotros porque es súper poderoso, pero que, simula serlo. Es por ello que no tenemos que esperar para levantar la mano y realizar cánticos internacionales, deglutiendo momentos de antaño en lugares específicos, así como en tiempos. Es por ello que no tenemos que generar relativa importancia a lo que suceda en alguna pantalla, tomando todo como dado, aceptando liza y llanamente un mensaje. Es por ello que no tenemos razón de porque aceptar un ordenamiento basado en el individualismo personal, en vísperas de un factor positivo dentro de un sistema que no lo es. Que nos roba nuestra naciente constructiva, que mata al abanico de posibilidades, que nos modifica, que nos especifica y nos convierte en ovejas del rebaño.

No hay razón para estar siempre a la espera. Se tiene que construir diariamente, se tiene que nacer cada mañana, escribir, cantar, luchar, protestar, besar, sin alineamientos. Criticar al “patrón común”. Por patrón y por común. Que no es cerrar la espera, matarla, sino que es una especie de desvanecimientos momentáneos. Hay que esperar, si. Pero antes hay que vivir, hay que construir y construirse, tomar X y/o Z; y convertirlas en Omega. Sin que exista la presunción de lo que hay después de la puerta. Pero que sirva de algo.

El planeta Tierra

Tú eres la tierra y yo soy el cielo,

Siempre estoy arriba, siempre estoy debajo.

Tú eres la fruta y yo soy la nube,

Alimento al poeta, tú lo nutres.

.

No sabes cual es mi color;

Un negro de puntillas blancas voy alternando,

Y con un celeste te voy abrazando.

Cada mañana.

Cada atardecer.

De un rojo, amarillazo, coloreando.

.

Cuando uso mi lienzo negro,

Tú piel se vuelve tersa y suave.

Y en mi mente celeste austero

Reluces en movimientos de ave.

.

Pero es que yo no soy nada sin ti,

Muero y vuelvo a nacer.

Pues envenenado estoy, bello rubí

Y como carmesí,

Disfruto de ti, en mi tenue padecer.

25 oct 2008

Estás, no estás

Como espuma que surca entre mis dedos,

como viento impactante de primavera,

como un ser que contiene todo el cielo.

Eso, sobre mi generas.

.

Bañaras con tu mirada mi cuerpo,

mis manos acariciaras con tus mejillas,

engendraras deseos con tus besos,

saltaremos al placer desde la orilla.

.

Pero si alguna vez llego a dejar de verte,

más que extrema será mi locura,

pues tu rostro a golpeado el inconciente.

.

Y como en tal carácter no hay mesura,

y de imágenes se constituye la mente,

solo quedará tu forma en vestigios de ternura.

24 ago 2008

El hombre mesa (continuará)

El conocimiento es muy especial. Conocer una cosa es simple, basta tener en cuenta la sustancia de lo que queremos conocer, o sea, una mesa esta hecha de madera principalmente. Una mesa es árbol: roble, algarrobo, pino etc. Después hay mesas que tienen algunos detalles decorativos de bronce, oro, plata, chapa, a veces hay tornillos o engrampes, hay mesas con cajoneras y cerraduras (casi escritorios), redondas, cuadradas, rectangulares, ratonas y posmodernas (que usualmente ni siquiera son de madera, sino que de acostumbran ser de hierro y/o vidrio). En fin, la composición de un objeto es simple de analizar, de conocer, porque consta de partes relativamente estables, o mejor dicho, hay un margen estable y social en lo que entendemos por ejemplo como mesa. No quedaría nada bien una mesa del tamaño de un elefante. Se podría entender como mesa, tan solo, por la forma que toma socialmente. Pero no sería una mesa en sí. Se entendería de mejor manera, si el ámbito en el que se presenta, es un ámbito artístico. Pero no sería una mesa muy cómoda para almorzar los fideos recalentados o el guiso de la noche.

Las personas son muchas más difíciles, principalmente, porque detrás de lo palpable, detrás de lo físico, se encuentra el mundo platónico. Para ser más precisos y confusos (que es lo que verdaderamente “es”), siguiendo el ejemplo del principio podemos decir que las personas son como una mesa pero con millones de sillas en su interior, no al costado, sino que dentro. O sea, dejando en claro lo que entendemos como silla socialmente y comprendiendo que todas las mesas (En éste caso entendidas como personas) tienen sillas dentro de su ser. Alcanzar el conocimiento exacto de una silla es insospechado. Una forma simple de entender a lo que me refiero es la siguiente. Imaginemos un container cerrado herméticamente, el único conocimiento que tenemos de él es que dentro hay cincuenta sillas. Nada más. Ahora, si intentamos descubrir las características de las sillas: su textura, los instrumentos utilizados para su construcción, la época en la que fue construido, el lugar y todo lo que nos imaginemos acerca de algo que no vemos. Sería imposible, nadie podría descubrirlo, hasta el que puso las sillas en el container se vería en aprietos. Nadie identificaría perfectamente en su totalidad las características de las sillas encontradas dentro del container. En resumen, pasa lo mismo que con la variedad de mesas especificadas pero está vez hablando de sillas, solo que ahora hablamos de personas y no de cosas, ahora hablamos de un ser vivo, móvil y de una época determinada. Un ser que engaña, miente, falsifica, traiciona, que es egoísta, materialista, egocéntrico, en fin, un ser humano.

Obviamente, lo anteriormente redactado, es una afirmación consecuente de lo que somos las personas. Ha sido forzada en demasía y construida irónicamente para comprender con mayor exactitud a lo que me refiero. Las personas no somos, sino que fuimos y seremos; condicionados por el tiempo y el espacio. Con las mesas, o con las sillas, persiste un mercado que conlleva a una comercialización específica. Hace muchos años, las personas también eran entendidas como cosas (por desgracia hasta el día de hoy persiste esta idea en muchas mentes detestables) comprendidas como esclavos por su color de piel o por su espiritualidad. Hoy ese entendimiento, ha mutado y ha perdido esa fuerza latente de “cosa en sí”, por decirlo de alguna manera, ese entendimiento se ha globalizado. Siendo entendida socialmente e impactando sobre la individualidad toda. Alcanzando generalidades falsas, imponiendo leyes que parten del egoísmo y de la avaricia de algunos pocos, dando campanadas incesantes cada domingo a espera de algo que no llegará pero que se construye por sobre las personas.

Al referirme a las movilidad en el tiempo y el espacio. Me refiero a muchas modificaciones consecuentes a tiempos de rejuvenecimiento romántico y mental. Púes el monopolio mundial es mucho más punzante. La miseria se expande junto a los rascacielos. Los medios de comunicación desinforman. La cuantificación materialista maneja la calidad humana. Y todo es comprendido por una sola palabra, democracia.

26 jul 2008

El paredón de Camilo

El joven camilo espera atado a un árbol, furioso por soltarse, enfrente un gigantesco paredón. Alrededor había muchos pastizales, juncos, punzantes y Camilo asegura que vio una planta carnívora. Fue cuando el joven se dio cuanta que no estaba en tono si escapaba, sino que más bien, él estaba allí... esperando. Camilo se sentó. Cruzó sus piernas lentamente y las muñecas miraron el cielo reposadas en las rodillas. Fueron años. Camilo no entendía como seguía vivo. Púes no había comido ni bebido nada en años, pero él ahí se encontraba, estático como un piedra que no se eriza. Hasta que un día una voz se escuchó del otro lado del paredón.

Camilo escuchó la voz detrás de aquel paredón. Era la voz de alguna doncella queriendo cruzar. Fue allí, cuando sin meditarlo, un grito tembló la campanilla de Camilo. Él también quería cruzar. En un pestañar, dos paredones más lo comprimieron. Camilo fue tumbado al suelo, tan solo, por la fuerza de los vientos. Los pastizales se habían desintegrado, ahora el habitáculo era otro. Tres paredones, un árbol y Camilo encadenado. Otro grito se escuchó, pero está vez detrás del paredón que enfrentaba al joven, no se terminaba de descifrar exactamente lo que intentaba decir, sólo se notaba que la voz era muy dulce, tenue y de dolor apagado a la fuerza.

Camilo seguía gritando y del otro lado también lo hacían. Hasta que dos voces roncas silenciaron todos los sonidos. El suelo retumbaba, las paredes parecían que se inclinaban hacía el pequeño cuerpo del joven que temblaba su mentón que casi impactaba contra sus rodillas. Las voces eran muy fuertes y se hacían escuchar…

- Yo soy la moralidad (dijo la pared de la derecha)

- Estamos aquí para que comprendas que la vida es estructurada (dijo la otra pared)

- La vida esta hecha para vivirla, no soy capaz de aceptar de buenas a primeras tal carácter de autoridad. En mi vida el único rasgo de orden me lo doy yo. Ustedes son solo dos paredones y se han inclinado ante mí que estoy encadenado aquí abajo ¡Y no sé si lo advierten pero el paredón de enfrente se ha quedado estático y callado!

- No hace falta que el otro paredón te incremente terror, pequeño ser humano, porque yo soy la moralidad. Sus buenas costumbres, son mis buenas costumbres.

- Y yo soy sus ideas (dijo el paredón de la izquierda)

- ¡Tú no puedes ser sus ideas! Ese paredón debe tener ideas propias. Quizás puedas construirlas pero debe poder reformular y crear sus ideas y pensamientos.

- Pero no te olvides humano que yo soy su moral (la voz del paredón de la derecha era gris, portaba de unos agudos terroríficos, de una movilidad de baldosas intermedias que estrepita-van al más audaz). Y es fácil que reaccione como yo deseo, pues mis reglas son sociales, se encuentran por fuera del paredón pero internamente son muy fuertes y no hay fuerzas que se resistan porque ellos, son ellos, gracias a mí.

La mirada pesada del joven Camilo se perdió en un pequeño caracol que escapaba lentamente. Suspiró. El caracol incrementó su marcha. Camilo aflojó la musculatura de los brazos y relajo sus piernas. Los paredones se habían callado, solo se escuchaba un rose constante de ladrillos en el paredón de enfrente, parecía aterrorizado. Y por lo bajo, el suspiró de Camilo.

- He derribado a mil leones en combate. También a esos corpulentos bárbaros que nada les importa. Han suplicado por sus vidas. Pero hoy me han derrotado. Sólo tú puedes salvarme… juntos podremos contra la maldita moralidad y las falsas Ideas que acompañan. Reconstruyamos todo lo que nos rodea, hagámoslo verdadero, dejemos todo para renunciar a ser oprimidos. Mucho se han retorcido las sedas húmedas de las ciudades. Los seres están dejando de ser ellos para plantarse en la fila del rebaño ¡Habla maldita seas! Deja de templar. Libérame y tú serás libre.

- Yo soy tu otra mitad. La mitad alienada. (la voz era firme y dulce, su tonalidad encariñaba y al mismo tiempo ponía distancia) La que responde al contrato social. Soy tu temor, soy la fuerza que te falta, soy el lado que ocultas, que escondes, que entierras en el fondo de tú corazón para que nadie pueda apreciarlo. El sector débil. El rincón cobarde e influenciable, ése que envidia y ama lo material. Tú buscas algo prospero, y yo, prefiero no generar cambios. Tomar lo dado como verdadero, como verdad única e indiscutible, pero tú no estás dispuesto a cambiar. Dejé que me apreciaras por un año para que puedas darte cuenta que no hay forma de luchar contra un paredón, no es un humano, ustedes nos construyen y nosotros estabilizamos el dulce hogar, los comercios, todo. Porque tenemos una estructura fuerte y concisa. Lo siento…

En ese momento los paredones (moral e ideas) se fracturaron verticalmente, alcanzando la perfección triangular equilátera. Algunas piedras cayeron sobre el cuerpo de Camilo que yacía en el suelo con la cabeza gacha y sin fuerzas. Se acercaron y unieron sus puntas inferiores. Se inclinaron un poco más y formaron una cabaña amerindia. Las piedras seguían golpeando contra el cuerpo de Camilo pero él casi no lo sentía. El sonido en la unión, fue similar a una bomba caída del cielo.

Después fueron horas de silencio. Camilo cayó en un pesado sueño similar al desmayo. Cuando volvió a abrir los ojos, sintió un fuerte dolor en el pecho, miró sus piernas ensangrentadas y dijo por lo bajo: ¡Que esperas! Y todo seguía en silencio. El joven con una fuerza que no provenía de su cuerpo levantó la cabeza y miró en dirección a la pared de enfrente. Allí estaba. Como años atrás, temblorosa y en el mismo lugar.

Una explosión provino del suelo (el paredón de la derecha pareció moverse por sobre la cabeza de Camilo). La otra mitad del joven, la pared de enfrente, cubrió el aire con humo. Todo se volvió gris. Las retinas de Camilo lagrimaban. Y poco a poco, volvió a verse algo. Era el paredón de enfrente que había tomado una forma triangular perfecta, a primeras vistas. Las fuerzas que levantaban la cabeza de Camilo desaparecieron y el joven volvió a derrumbarse. El tembloroso paredón de enfrente comenzó a avanzar lentamente. Camilo cerró los ojos. Y el fatal estruendo piramidal que se esperaba, llegó. Camilo dio un salto por los aires pues la tierra se comprimió. Un joven tendido en el piso, encadenado, y en un total, y más oscuro silencio. Camilo abrió los ojos y vio aquella oscuridad, el aire estaba teñido de negro, y solo dijo: “Ya estaba muerto desde que ajustaron las cadenas”.

10 jun 2008

Quiero ser el hombre encantado

Quiero ser el hombre encantado, y cuando me encante por algo, jugarme la vida por obtenerlo.
Quiero ser el hombre encantado, y que sin rodeos, vos también te encantes, y que juntos salgamos a pasear por el campo.
Quiero ser TÚ hombre encantado, y que me encantes desde hoy hasta siempre.
Y que parte de nuestro encanto sea veneno, para que ambos agonicemos en un lecho. Seamos encantados y seamos pócimas para el otro, así salimos del letargo, así entramos al infierno.
Quiero caminar, volar, pensar como alguien encantado, y que por lo menos una vez al día encuentre la cura en tu veneno.
Y que nuevamente como cada segundo, solo me importe ser el hombre encantado porque encantarme, me encantan muchas cosas, pero personifico perfectamente a la mujer encantada…
en vos.