Bienvenidos

No soy el músculo, que segundo a segundo, mueve una barra pesadisima para dar un golpe mas violento. No soy el bailarín que con movimientos sutiles, seduce a las muchachas en alguna pista de baile. No soy un mesias, no soy un empresario acorbatado, ni un dictador asesino. Tampoco sé si soy. Solo sé que escribo.

Este soy yo

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Capital Federal, Buenos Aires, Argentina
De buen porte y correcto. ¡Cuando no digo nada, digo mucho, y cuando digo mucho... digo mucho.

22 mar 2009

Nacimiento a mitad de camino

Tu piel blanca como la nieve
que se esconde
tras las paredes descascaradas
de un bar de mala muerte.
Una tez acaramelada
que sorbo tras sorbo alcanza la borra
copulando las pecas de tu nariz.
Se asemeja a ti,
estancándose en la similaridad.
En la impureza esclava de la eternidad
como el nacimiento de una flor a mitad de camino.
El negro de tus ojos circulares
que brillan como las noches salpicadas
en un cielo de estrellas.
Choca en mi caminata mañanera,
me atrapa desprevenido,
acechando frente a mi boca semi-abierta.
En mi sangre que hierve,
en mis manos vacías.
Quizás hoy seas locura
O cordura futura.
Tu boca húmeda
de movimientos suaves,
de ondulaciones encantadoras,
de significante sonido.
Saliva mi corazón en un trasporte público.
Quiebra mi vista, la destruye,
pues se ha estacionado
en una cara desconocida.
Pero es tu boca ¡Estoy seguro de ello!
no hace falta besarla para cerciorarme.
No hace falta,
rozar a la muchacha del bar de mala muerte.
para sentir el terciopelo de tu piel.
No hace falta,
detener a los ojos mañaneros.
para ratificar la luz precisa que ilumina mi alma.
Te has dispersado
y mi intención no es volver a juntarte.
Pues, considero que…
Quien lleva tus ojos, lleva ternura
pero no necesito ver tras ellos.
Quien lleva tu boca, lleva deseo
pero mis labios silenciosos han muerto.
Quien lleva tu piel, la suavidad
imprecisa, incompleta.